Jamás pude comprender la relación entre los sueños y la realidad. No se si fue porque es algo inexplicable, o tal vez si exista una explicación científica o psicológica y me da pereza buscarla. Siempre defenderé el concepto de que los sueños (buenos) son nuestros anhelos mas profundos y latentes que puede que estén a nuestro alcance (puede que sean realizables), o puede que no.
Voy a enfocarme en aquellos que no son realizables. Puede que muchas personas que vayan a leer este post tengan la típica concepción de: "No seas pesimista, todos los sueños son realizables si te lo propones, los sueños están para cumplirse, etc etc" Discúlpenme, pero el ser humano debe ser realista de vez en cuando, es decir, como joven o adulto que eres, debes aprender a apartar la fantasía del mundo real. Yo no soy de las personas que te quiere vender el concepto mencionado anteriormente, eso me haría ser cruel. Recuerdan cuando eran pequeños y deseaban tener superpoderes o creían que cuando tengan la edad suficiente, les llegaría la carta para ir a estudiar a Hogwarts? Bueno, es una pequeña analogía para poder explicar mi punto de vista.
Pero no todo tiene que ser gris. Afortunadamente existe un momento en el que puedes realizar todas las fantasías y sueños que se catalogan como irrealizables, y te preguntaras cuando es ese momento. Solo acuéstate, cierra tus ojos y espera. En algún lado leí que el tiempo que tardas en quedarte dormido es 7 minutos; considera esos 7 minutos como el tiempo que te toma abrir la puerta que te conduce al mundo en donde todo esta permitido: El Mundo de los Sueños.
Hoy tuve un sueño, pero no fue cualquier sueño. Fue uno de esos sueños en los que quisieras quedarte para siempre, pero como la vida no es fácil, obviamente, eso no va a suceder y pasas a conformarte con disfrutarlo cada minuto y cada segundo mientras dure. Una cosa diferente de entre los tantos sueños que he tenido es que fui consciente de que estaba soñando y sabia que si sentía alguna molestia externa o interna, podría levantarme, asi que hice caso omiso al zumbido de los mosquitos porque no quería salir de aquella pseudo realidad que me había creado. No se si hice bien o mal porque, a la larga, me estaba pintando una fantasía que me hacia daño, pero yo quería vivirla. Quería disfrutar de uno de los derechos inviolables del ser humano que es disfrutar de tu fantasía proyectada en un sueño hasta que tu mismo digas: "Ya no mas" y decidas despertar. En mi sueño estaba alguien con quien alguna vez compartí planes a futuro (planes que no llegaron a darse). Charlábamos como los mejores amigos que fuimos, el tiempo no pasaba para nosotros y cada escena era perfecta, cada muestra de afecto era una experiencia religiosa, y sus ojos moros, mirándome directamente, producían en mi las ganas de llorar al no poder imaginar ser mas feliz en ese momento, hasta que la alarma sonó y aterricé de golpe a la realidad .
Han pasado 16 horas desde que desperté. Lagrimillas de cristal rodaron por mis mejillas por dos razones: 1. Fue solo un sueño. 2. Fue una experiencia tan profunda que me sentí feliz de haberla "vivido" (al menos en mis sueños). Si volviera a tener esa experiencia, ya sea esta noche o cualquier otra, lo consideraría como una bendición y confirmaría que Dios existe, porque solo un ser celestial seria capaz de hacerme feliz en una noche y con tan poco.
Me alegra saber que las personas pueden comer sin engordar, ir a una fabrica de chocolate siendo invisible, intimar con la mujer mas bella, conocer a tu artista favorito o, en mi caso, poder expresar todo el afecto que aun llevas dentro a tu pareja, que puede ser que ya no este contigo, pero aun la extrañas. El único lugar en el que gran parte de tus sueños se cumplirán es: dentro de tus propios sueños.